AUSTRIA. Día 6 (I). Mauthausen: La odisea.


20 de julio de 2014

Planear un viaje es difícil, sobre todo cuando quieres visitar más de una ciudad y eres tan cuadriculada como yo, que no dejo mucho lugar a la improvisación y me gusta tener las cosas bien atadas antes de irme. ¿Cuántos días le dedico a cada sitio?, ¿qué día es mejor que vayamos a tal otro?, ¿tenemos todos los billetes cogidos? son solo algunas de las mil preguntas que me hago cada vez que visitamos un nuevo destino.

Durante nuestra ruta por Europa Central, llegamos a Viena un viernes y nos marchábamos un martes. El primer día y el último los íbamos a dedicar a la ciudad, así que decidimos hacer las excursiones el fin de semana. Dejamos Bratislava para el sábado, ya que sería mejor ver la ciudad con vidilla y todo abierto. En cambio, el campo de concentración de Mauthausen abría los domingos y era lo único que íbamos a hacer, así que ya nos iba bien ir ese día. O eso pensábamos...


Para ir a Mauthausen decidimos coger un tren hasta Linz y allí enlazar con un autobús que nos dejara en el pueblo. La estación de tren y la de autobuses están juntas, así que no nos costó llegar. Teníamos que comprar allí los billetes de autobús, pero... no había rastro de persona humana, y por supuesto los puntos de información estaban cerrados. Nos acercamos a preguntar al único conductor que había y nos dijo que no nos preocupáramos, que los billetes los teníamos que comprar en el mismo autobús, así que nos quitamos un peso de encima. Pero... al mirar los horarios que había colgados en una de las marquesinas vimos que los domingos no había autobuses a Mauthausen T_T El resto de días de la semana sí, pero el domingo brillaban por su ausencia.

No dejamos que cundiera el pánico y pensamos: «O nos vamos a otro sitio a la aventura o vemos si podemos ir de otra manera». Recordaba haber leído que se podía ir en tren hasta Mauthausen, y por suerte en la estación de trenes las ventanillas de venta de billetes estaban abiertas. ¡Aleluyaaa! Nos atendió una mujer superamable que nos explicó que podíamos coger un tren hasta Enns y allí mismo coger un autobús. ¡Estábamos salvados!

Una vez llegamos a Mauthausen... todo estaba desierto. El autobús nos dejó en una parada y no sabíamos muy bien cuál era el siguiente paso. ¿Habría algún bus? ¿La única opción era caminar? En ese momento se nos acercó una taxista que nos vio perdidos de la mano de Dios y se ofreció a llevarnos a los dos hasta la entrada del campo por 12 euros. «El campo de concentración de Mauthausen está a 8 kilómetros caminando», nos dijo ella. «Nos está timando», pensamos nosotros. Así que le dijimos que lo pensaríamos y seguimos explorando por los alrededores a ver si había más opciones. Pero no, no las había, estaba todo desierto, así que nos dirigimos a la taxista y aceptamos el viaje. Con el sol matador que hacía aquel día a las 12 de la mañana nos iba a dar un soponcio caminando por la carretera cuesta arriba, así que por una vez optamos por la opción más cómoda y pagar.

La taxista nos dejó al lado del campo e hicimos la visita. Cuando salimos, cogimos caminito hacia el pueblo (que estaba a entre 3 y 5 kilómetros, nada de 8). Hacía muuucho calor e íbamos buscando la sombra todo el rato, pero bueno, al menos era todo bajada y se hacía bastante llevadero (peor lo tenían los que subían...). Además, el paisaje era precioso, típicamente austríaco :)

   


Después de una hora llegamos a nuestro destino y lo primero que vimos fue que estábamos a 43ºC. ¡43ºC! ¡Qué locura! ¡Si hacía más calor que en Barcelona! Ya eran las 15:00 h y nos moríamos de hambre. No habíamos comido nada desde las 7:00 h, así que el McDonald's que había por allí nos pareció lo mejor del mundo. Comimos deprisa y volvimos a la parada donde nos había dejado el autobús, por donde pasaba también el de vuelta, ya que no sabíamos cuándo pasaría. Miramos el horario y... ¡estábamos de suerte! =D En 5 minutos pasaba el bus que nos llevaba de nuevo a Enns. Esperamos... esperamos... esperamos un poco más... y el autobús no pasó. Pensamos que quizá había venido un poco antes y lo habíamos perdido por cuestión de minutos, pero bueno, en una hora pasaba el siguiente. Al menos estábamos sentados a la sombra. Pero el sol empezó a comerle terreno y nos achicharrábamos vivos. La desesperación empezó a invadirnos invadirme un poco, sobre todo al comprobar que los dos autobuses que tendrían que haber parado en la parada que teníamos en frente no habían aparecido. ¿Qué íbamos a hacer si no pasaba el nuestro? ¿Y si, como estaba todo tan desierto, los domingos por la tarde no había autobuses?

Solo nos faltó ver pasar una planta rodadora
Resultado de imagen de planta rodadora gif

Llegados a este punto vencí toda mi vergüenza y empecé a acechar a todo aquel que, misteriosamente, pasaba por allí (misteriosamente porque no pasaba ni un alma...). Me acerco a una señora: no habla inglés. Me acerco a una pareja: ¡hablan inglés! Pero son belgas y están de vacaciones... Así que me puse a charlar un rato con ellos (¡me encantan los belgas, son tan amables!) y al rato nos dijimos adiós. Pasa un coche y se baja un chico. Me acerco a preguntarle ¡y justamente iba a coger el mismo autobús que nosotros! Le explicamos toda la situación y nos dijo que sí, que en un principio tenía que pasar. Creo que empecé a ponerlo nervioso con mi inquietud y estaba deseando perdernos de vista. De repente vimos que allí cerca había un edificio de la OBB —la compañía de ferrocarriles austríaca—, así que allá que fui a investigar. Pero justo cuando estaba casi en la puerta... ¡EL AUTOBÚS! Empecé a correr como si me fuera la vida en ello, y nada más subir no pudimos hacer otra cosa más que reírnos. Podríamos llegar a Linz a tiempo para coger el tren de vuelta y podríamos pasar la noche en Viena en vez de en un lugar medio perdido de la mano de Dios. Al final hasta nos dio tiempo a dar un paseíto por Linz hasta que salió nuestro tren ^^'

Pues nada, esta fue nuestra particular odisea para llegar —y marcharnos— de Mauthausen. Si tenéis intención de visitar el campo de concentración de Mauthausen alguna vez y no disponéis de vehículo propio, espero que nuestros errores y toda esta parrafada os hayan enseñado algo: que ir un domingo dependiendo del transporte público no es muy buena idea, así que ya si eso mejor id otro día... ^^'

Seguir con el diario

No hay comentarios:

Publicar un comentario