AUSTRIA. Día 4. Viena: Belvedere, Schönbrunn y Donaupark.


18 de julio de 2014

Tras tres días en Budapest nuestra ruta continuaba hacia Austria, concretamente hacia Viena. A pesar de querer visitar muchas otras ciudades del país y en los alrededores, debimos simplificar el viaje y ver todo lo posible en solo una semana, por lo que nos centramos en una zona concreta. Nuestra primera parada fue la capital, donde entre unas cosas y otras solo pasamos dos días y medio.


El cuarto día de nuestra semana por Europa Central cogimos un autocar desde Budapest hasta Viena y, tres horas después, llegamos a la capital austríaca. Lo primero que hicimos fue instalarnos en el hotel, y en cuanto estuvimos listos salimos a explorar la ciudad. Aquel día, debido a que disponíamos solo de la tarde por haber pasado la mañana viajando, íbamos a centrarnos en los alrededores del centro de la ciudad. Como al lado del hotel se encontraba el Belvedere, no nos alejamos mucho de allí y buscamos un restaurante donde comer antes de iniciar la ruta. Elegimos uno llamado The Art Corner donde comimos estupendamente. Era una señal: el nombre, que fuera de comida griega y que estuviera en la calle Karolinengasse. Salimos encantados de allí, en pocos griegos hemos comido mejor.

Justo al cruzar la calle estaba el Belvedere, así que después de comer nos dirigimos hacia allí. Pocos sitios hemos visto tan bonitos como este palacio y sus jardines, que eran la residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya. Allí hay dos edificios unidos por un enorme jardín francés: el Alto Belvedere y el Bajo Belvedere. El primero, situado en el punto más alto del jardín, es actualmente un museo en el que se exhiben colecciones de pintura de la Galería Austríaca desde la Edad Media hasta la actualidad. En el segundo, más pequeño y menos llamativo que el Alto Belvedere, se encuentran las obras de los artistas que fieron forma a la ciudad durante la Edad de Oro de Viena.

Alto Belvedere
Bajo Belvedere

Al finalizar la visita, cogimos el metro para ir al Schönbrunn, la residencia de verano de la familia imperial. Actualmente se puede visitar su interior, donde es posible recorrer los apartamentos imperiales y otras estancias del palacio. Nosotros no estábamos demasiado interesados en su interior, así que nos dedicamos a ver sus jardines, absolutamente preciosos.


Pero nos quedaba un punto al que ir, la Glorieta, y para subir hasta allí hay una cuesta de ole (y hacía un calor achicharrante). Sin embargo allá que fuimos porque las vistas del palacio desde lo más alto bien merecían el esfuerzo, y sí, mereció totalmente la pena. Eso sí, para bajar Javi optó por hacer la croqueta.


Con solamente medio día en la ciudad entendimos lo que todo el mundo dice de Viena: que es la más imponente de las tres capitales imperiales, y de eso no cabe duda.

Tras abandonar el Schönbrunn, nos dirigimos hacia el Donaupark, nuestra tercera y última parada del día. Este popular parque se sitúa en la orilla norte del Danubio e incluso tiene playas durante los meses de verano. Allí se encuentra la Donauturm (Torre del Danubio), famosa atracción turística por las increíbles vistas que ofrece de la ciudad desde sus 252 metros de altura. Eso sí, después de los dos palacios y sus correspondientes jardines que habíamos visto ese día, el Donaupark nos dejó más bien indiferentes y de hacerlo sabido nos habríamos ahorrado el paseíllo.


Pero antes de dar por concluido nuestro primer día en Viena nos faltaba una cosa muy importante: probar algo de la gastronomía austríaca, así que decidimos ponerle remedio y probar uno de sus platos más típicos, el schnitzel. Cerca del hotel encontramos un local de comida rápida donde nos sirvieron dos pedazos de platos (el de la foto era el schnitzel XXL, yo me decanté por uno algo más pequeñín) con su guarnición, y como os podréis imaginar nos quedamos más que satisfechos.

Ahora sí que podíamos dar por concluido el día. Había sido completito pese a haber podido hacer turismo solo por la tarde y aún nos quedaba mucho que ver en Viena, pero tendría que ser más adelante, porque teníamos dos excursiones programadas y al día siguiente volvíamos a saltar de país ;)

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