13 de julio de 2013
El segundo día de nuestras minivacaciones se lo dedicamos a Brujas, pues sabíamos que iba a hacer un sol radiante. La verdad es que no
hay color entre ver esta ciudad tan mágica con sol y sin sol. Es
igualmente bonita, porque lo que la hace especial sigue estando ahí,
pero cuando el buen tiempo acompaña te das cuenta de que estás en una de
las ciudades más especiales del mundo.
Salimos desde la Estación
Central de Bruselas y una hora después llegamos a Brujas. Lo bueno de Bélgica es que es un
país tan pequeñito que en nada te plantas en una ciudad que está en la
otra punta :) Nada más salir de la estación, nos dirigimos hacia el Minnewaterpark (el Parque del
Lago del Amor), un parque que se
encuentra al sur de la ciudad y que invita a adentrarse poco a poco en
Brujas, recorriendo sus calles empedradas. Aunque hay varios accesos, a mí me encanta empezar siempre por aquí, ya que supone una forma sutil y paulatina de descubrir la ciudad, de sorprenderse con cada nueva calle o cada nuevo edificio.
A partir de aquí fuimos avanzando de manera improvisada; simplemente nos dejamos llevar.
Y es que esto es lo mejor en Brujas: pasear, no seguir ningún mapa,
pararse allí donde haya cualquier rincón que nos llame la atención, ir
sin prisas, disfrutar del entorno.
Sin embargo, si queréis saber cuáles son algunos de los lugares más destacados que encontraréis en Brujas, aquí os dejo una brevísima lista con la información más básica.
Grote Markt (Plaza Mayor). Es el centro neurálgico de la ciudad.
Está rodeada de edificios importantes y destacados, y de múltiples cervecerías y cafés alojados en antiguas casas gremiales, como
Le Panier d'Or. Allí se impone la torre Belfort, la torre más destacada de Brujas, que se encuentra en el edificio de las Halle (antiguo mercado de las telas). Desde lo más alto (a 83 metros) se obtienen las mejores vistas de la ciudad).
Plaza Burg. Es la segunda plaza más importante de la ciudad, más
pequeña que la Grote Markt, de la cual está a pocos pasos. En ella encontraréis los edificios más
bonitos de Brujas, como el Palacio de Justicia, el Ayuntamiento y la
Basílica de la Santa Sangre.
Onze Lieve Vrouwekerk (Iglesia de Nuestra Señora). Es la iglesia
más famosa de Brujas. Su construcción comenzó a principios del s. XIII y
la torre se terminó en 1549. Esta, a la izquierda de la imagen, es la
más alta de Bélgica: mide 122 metros. La iglesia alberga numerosas obras
de arte, pero la más importante es una Madonna de mármol de Miguel
Ángel.
Tras vueltas y vueltas se nos hizo la hora de comer, así que después de mirar unos cuantos restaurantes nos decantamos por Pili Pili (Hoogstraat, 17), que ofrecía un menú que estaba bastante bien de precio. El personal fue muy amable y la comida estaba deliciosa (aunque no sé si a Javi le sobrevivieron las papilas gustativas después de bañar en picante sus espaguetis...), así que totalmente recomendable. Pero no podíamos irnos sin tomar el postre, ¿no? ¿Y qué hay mejor para rematar una comida en Bélgica que un gofre? :P
¡Toma cara de felicidad malevolosa! |
Poco más nos quedaba por ver y hacer en Brujas, así que nos despedimos de la ciudad y cogimos el tren de vuelta a Bruselas con un muy buen sabor de boca :)
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